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miércoles, 16 de mayo de 2012

¿Por qué tanto la homeopatía como la alopatía funcionan?

Cualquiera que haya vivido en mi casa dos días lo sabe: siempre fui amante de las droguerías, frasquitos por acá, pastillas por allá, ácido ascórbico, minerales, plantas medicinales, y demás yuyos. Un botiquín completo, desde globulitos hasta Ketrolac, marcas conocidas y nombres ancestrales. Estudiosa yo, de las propiedades, de los efectos y adepta a cualquier tipo de experimento.

Y tenía siempre la duda existencial, ¿cuál funciona? ¿La medicina que trabaja por compensación (alopática: te da lo que te falta, como la medicina tradicional o la ayurvédica) o la que trabaja por espejo (homeopática: te suministra la misma enfermedad para equilibrarla)?.

Hasta que me choqué con la Nueva Medicina del Dr Hamer y luego con la Biodescodificación y la Biología total. Y comprendí como funciona realmente el cuerpo y la enfermedad.

Todos los procesos biológicos en toda la naturaleza y todas las especies, están basados en dos movimientos que alternados logran el equilibrio (polaridad). Por ejemplo: el día y la noche, el frio y el calor, la tierra y el cielo, la acción y la recepción, el yin y el yang, el sueño y la vigilia. También la enfermedad tiene dos fases, toda enfermedad tiene su fase fría y su fase caliente, o su fase "diurna y nocturna" o llamado por su nombre la fase Simpaticotónica y Vagotónica. En Simpaticotonía el cuerpo está dominado por el sistema Orto-Simpático, la medicina lo reconoce como un sistema de urgencia, que ante el estrés de alguna situación paraliza la digestión, la libido y demás funciones mientras que aumenta otras para preparar al cuerpo en el ataque o la huída. Durante la fase de vagotonía el sistema parasimpático, o vago se encarga de la recuperación, tanto de la enfermedad como de la acción del día, permite el descanso y la distención.

Toda enfermedad se activa por un conflicto biológico, algo que generó Estrés. A partir de ese estrés, que nos pone en estado de alerta y puede venir acompañado de insomnio, falta de apetito, frio y aceleración(todas ayudas biológicas para que encontremos la solución a nuestro problema), surge la enfermedad. Y justo cuando encontramos la solución real, o metafórica, el cuerpo entra en fase de reparación, llamada fase de vagotonía donde aparecen los síntomas. Y he aquí la primera revelación: notamos que estamos enfermos justo cuando empezamos a curarnos. Entonces aparece el dolor, la inflamación, la infección, el sueño, el cansancio, la fiebre... todos síntomas de reparación.

Nos sentiremos bien cuando estemos en "normotonía" osea cuando estamos equilibrados entre el sistema vagotónico y el simpaticotónico.

Cuando tengo un síntoma y quiero atenuarlo ¿Que puedo hacer? darle su opuesto o intensificarlo. Si estoy en vagotonía y tomo un simpaticotónico (aspirina, antiinflamatorio, corticoide, quimio, vitamina c o cualquier estimulante, incluso el café) logro neutralizar los síntomas. La paradoja es que no permito al cuerpo concluir su proceso de reparación sino lo dejo completar esa etapa de protagonismo del nervio Vago. Si con el mismo síntoma utilizo homeopatía intensifico la vagotonía pero hago que el proceso de reparación se acelere y paso más rápidamente a la normotonía. También aquí está la paradoja de si realmente tiene sentido soportar todos los síntomas en su totalidad, y también si no tiene un efecto nocivo para el cuerpo acelerar un proceso natural ¿Qué pasaría si pudiéramos atenuar, neutralizar profundizar o acelerar la noche?

Y claro, si tengo una gastroenteritis, estoy en vagotonía, cualquier estimulante me a hacer sentir mejor, aunque su efecto no sea específicamente sobre el órgano que quiero tratar, puedo tomar altas dosis de Vitamina C o un antihistamínico. Y si estoy muy nervioso, alterado y con insomnio cualquier vagotónico, como el alcohol o las plantas con propiedades sedativas va a hacer efecto sobre el síntoma. Y Si queremos neutralizar una mastitis o una bajada de leche necesitamos de las compresas frías y hay que olvidarse de las calientes.

Lo interesante está en mirar más allá del síntoma, todo el proceso biológico y respetar cada una de sus fases para no tener recaídas.

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